jueves, 28 de noviembre de 2013

El Altar


EL  ALTAR




Todos los elementos de una iglesia sobre todo el altar, el ambón y la sede( la cual nos referimos en la catequesis de la semana anterior), los podemos llamar los tres polos de la celebración y que se sitúan en el presbiterio nos quieren recordar que Él está presente. Es bueno que apreciemos el lugar donde celebramos los sacramentos y, sobre todo, la Eucaristía. Pero también es muy importante que conozcamos el sentido que tienen sus diferentes espacios para que no solamente los veamos como lugares u objetos funcionales sino , que a la vez, como signos o símbolos de la presencia salvadora de Cristo. En todos esos espacios es Cristo quien actúa.

En el día de hoy hablaremos un poco sobre el otro polo de la celebración como lo es el altar:
El altar es el punto de referencia y el centro de la atención de todos, sobre todo en la segunda parte de la Misa. Es a la vez "ara de sacrificio", porque en él celebramos el memorial del sacrificio de la Cruz, y "mesa" donde Cristo invita a su Pueblo al mejor banquete, su Cuerpo y su Sangre.

Para entender un poco más el sentido del altar enumeraremos unas cuantas características como son:

A) El altar debe ser una mesa : Para los cristianos el altar tiene ante todo una connotación sacrificial: "el altar de la nueva alianza es la Cruz del Señor (HB 13,10), de la que manan los sacramentos del misterio pascual. Sobre el altar, que es el centro de la Iglesia, se hace presente el sacrificio de la cruz bajo los signos sacramentales" (CEC 1182). Pero predomina el sentido  de comida eucarística: "el altar es, además, la mesa del Señor, para participar en la cual es convocado en la misa el pueblo de Dios" (IGMR 296). Por esto mismo es necesario vestirla festivamente con manteles  bien visibles para que parezca más la mesa de un convite que el ara de un sacrificio. Debe aparecer muy visiblemente como la mesa de la familia cristiana, donde ésta celebra la cena del Señor.

B) El altar debe estar separado de la pared para celebrar de cara al pueblo: Para que los signos de la celebración le hablen también al pueblo, desde los inicios de la reforma se recomendó, y para las nuevas iglesias muy pronto se mandó, colocar la mesa de cara al pueblo.

C) El altar debe ser el centro de atención de toda la asamblea: Fundamental. El centro de la piedad cristiana no son ni  las imágenes , ni las devociones, sino la acción de Cristo que en la celebración del sacramento llega a su culminación.
Por ello el altar- no las imágenes, ni siquiera el sagrario, debe ocupar el centro de la atención de los fieles.

D) El altar debe ser único y dedicado sólo a Dios: Si el altar es sólo la mesa eucarística, el altar debe ser único como una sola es la eucaristía. Además, porque el altar, por su misma naturaleza, está dedicado a la celebración eucarística.

E) El altar debe estar consagrado o por lo menos bendecido: La celebración de la eucaristía es el rito máximo y el único necesario para dedicar un altar; no obstante, de acuerdo con la común tradición de la Iglesia, antes de celebrar la eucaristía sobre el nuevo altar , se hacen significativos ritos en el mismo altar, entre los que se destacan una peculiar oración de dedicación, que expresa la voluntad de dedicar para siempre el altar al Señor y se pide su bendición sobre él.

F) El altar debe ser de piedra natural o de otra materia noble: Así expresa mejor que el banquete de la eucaristía es también sacrificio, y con ello simboliza también que el altar es símbolo del mismo Cristo, piedra angular. San Pablo identifica a Cristo con la piedra de la que Moisés había hecho manar agua viva. Cristo mismo se había presentado como la piedra desechada por los constructores, pero convertida por Dios en la piedra angular de todo el edificio.

JOSE LAMA
Miembro Comité de liturgia parroquia del E. Santo.

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